Científicos de la UACh descubren dos nuevas especies de Monito del Monte

Luego de ser advertido por una cuantas notificaciones en la redes sociales, acerca de las felicitaciones que recibía el Dr. Guillermo D’Elía por su nueva publicación, pactamos una conversación en la que el académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la UACh me daría cuenta del descubrimiento de dos especies nuevas del popularmente conocido Monito del Monte.

Fue en la revista Journal of Mammalogy que el Dr. D’Elía y su equipo de trabajo exponen las diferencias morfológicas que ayudaron a diferenciar las dos nuevas especies del ya caracterizado Dromiciops gliroides. De hecho, fue a raíz de un trabajo que salió publicado en el 2008 (Himes, C. M., Gallardo, M. H., & Kenagy, G. J. (2008)) donde se mostraba queD. gliroides tenía mucha variación genética y que la misma estaba estructurada geográficamente; con esta base los primeros análisis estadísticos y cualitativos de D’Elía y colaboradores mostraron una alta variación en la morfología de esta especie, datos consistentes a la distribución de un grupo en el norte, otro grupo en el sur y otro al centro.

«Vimos que Dromiciops gliroides tiene mucha variación morfológica, y que esa variación morfológica estaba estructurada geográficamente. Había tres grupos que coincidían con una identificación anterior a nivel genético, y nuestra hipótesis fue que en realidad gliroides -como se entendía hace poco- era un complejo de tres especies, de las cuales dos son nuevas, las que nosotros describimos y nominamos».

Contrario a lo que uno pensaría respecto de las diferencias entre estas tres especies, en este caso los rasgos distintivos sólo resultan evidentes al ojo experto, pues se trata de diferencias a nivel de cráneo y a nivel dentario (molares), «sutiles, pero consistentes», recalca el investigador de la UACh.

«A nivel de pelaje nosotros no encontramos diferencias. Los ejemplares varían pero no tienen un patrón de variación consistente. Hay animales más oscuros y otros más claros en una misma población; el patrón de manchas en el monito del monte con distintas tonalidades de café y marrón también varía, pero no de una forma consistente a nivel geográfico ni con el patrón de variación craneodental. La diferencias morfológicas que sustentan las distintas especies están a nivel de cráneo y a nivel de los molares, son diferencias sutiles que tienen que ver con tamaño, relaciones, distancias y con la presencia o ausencia de algunos accidentes morfológicos», explicitó D’Elía.

En efecto, estos fueron los rasgos que gatillaron la aparición de Dromiciops bozinovici y Dromiciops mondaca, los que se han registrado en las comunas de Valdivia y Mariquina específicamente en los fundos San Martín y Santa Rosa, ambos administrados por la Universidad Austral, en consideración de esto mismo se deja de manifiesto que al tener una distribución más acotada estas especies están en mayor grado de amenaza; siendo mondaca el que posee una distribución restringida a estas dos comunas, mientras que bozinovici se ha logrado registrar en la Región del Bio Bio, Araucanía y en Neuquén (Argentina).

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Un antiguo linaje

Es que es trabajo de la ciencia catalogar la diversidad de los animales en distintos niveles, siendo éste el ámbito de interés del Dr. D’Elía, técnicamente conocido como la taxonomía, en este caso de mamíferos. Así podríamos mencionar que estas tres especies de monito del monte (gliroides, bozinovici y mondaca) constituyen un género (Dromiciops), el que a su vez pertenece a una familia (Microbiotheriidae) y ésta a un orden de animales llamado Microbiotheria, los cuales están más emparentados con los marsupiales australianos que con los marsupiales de Sudamérica; incluso se resalta el hecho que hasta la década de los 50′ se creía que este orden (Microbiotheria) estaba extinto.

Para este estudio sólo bastó visitar colecciones de mamíferos, entre la que destaca la de la misma Universidad Austral, 5 de Estados Unidos, 1 de Argentina y 1 de Inglaterra. Para quienes no están familiarizados con las colecciones de animales, puede resultar contradictoria la revisión de los estantes y percatarse del número de especímenes contenidos, sin embargo es válido mencionar que cada uno de los animales aquí, ha sido colectado en diferentes circunstancias y en diferentes momentos, y que son conservados para que generaciones de científicos puedan darle un sentido distinto cada vez.

«Para este estudio no hicimos trabajo en terreno, es decir no colectamos ningún monito, lo que hicimos fue usar las colecciones, y de ahí la importancia de las mismas. Y esto me interesa destacarlo porque realza el valor de las mismas. Esos animales fueron colectados en el marco de otros estudios, por otros colegas, que obviamente jamás imaginaban que nosotros en particular íbamos a estudiar en el 2015 ó 2016 dicho material, para después describir dos especies nuevas de Monito del Monte».

En este contexto, el investigador evidencia que la colecta debe ser justificada en directo favor del conocimiento y que en ningún caso se hace por placer. En otro sentido, el académico va un poco más allá y destaca la evolución de las mismas técnicas de estudio; mencionando por ejemplo la tecnología del ADN, la cual hoy se usa para extraer información de pieles de animales colectados hace un siglo, cuando aún no se conocía la estructura básica de la molécula, se trata de una apuesta al uso de tecnologías hoy inexistentes para el estudio de estos animales.

Mondaca busca a mondaca

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Precisamente fue en la colección de Mamíferos de la UACh, donde un apacible Fredy Mondaca le comenta al profesor D’Elía que unos murciélagos habían llegado «mas o menos» pero que de todas formas los estaba trabajando, con la misma claridad le reporta acerca de otros avances en el orden de los estantes, disponiéndose a buscar los ejemplares estudiados de monitos para poder hacer algunas fotos en el lugar. De hecho, es este personaje por quien una de las nuevas especies descubiertas lleva el nombre de Dromiciops mondaca.

«Es la especie que tiene una distribución menor, la única de las tres que es endémica de Chile y es en homenaje a un funcionario de la Universidad Austral, Fredy Mondaca, que hace más de tres décadas está trabajando en la colección de mamíferos; Fredy es es una muy buena persona y funcionario. Hoy por hoy, lo que es la colección de mamíferos -que es la mayor colección de Chile- en buena medida se debe a la labor de Fredy, esa labor que muchas veces es anónima. Muchas veces cuando hay visitas de Chile o del exterior los agradecimientos se los lleva el curador de la colección y no el funcionario, entonces me pareció que era oportuno homenajear con esta especie a Fredy» señaló el Dr. D’Elía.

En el segundo caso y referente a la especie de monito que se distribuye de forma más amplía, fue bautizada como bozinovici para homenajear al Dr. Francisco Bozinovic, de la Pontificia Universidad Católica, o el «Pancho» como dice D’Elía.

«Es un investigador muy prolífico en el área de la ecología evolutiva, en particular de la fisiología evolutiva. Ha publicado una gran cantidad de trabajos, entonces buena parte del conocimiento que tenemos en fisiología de mamíferos, en particular de los micromamíferos de Chile, se debe al trabajo de Pancho y su grupo; a su vez, ha formado una gran cantidad de recursos humanos a nivel de doctorado y de pregrado», indicó el académico de la UACh.

Es preciso acotar que cuando se describen nuevas especies se debe poner un nombre con el cual los científicos se comunicaran en el futuro, donde más allá de seguir los protocolos y nomenclaturas, existe una cierta libertad en este ejercicio, siendo tradicional las denominaciones por lugar geográfico, por quien descubre, por alguna característica fenotípica, o como sucedió en este caso a razón de homenajear a alguien en particular.

Un nuevo capítulo

Ya en el plano del imaginario, Guillermo D’Elía traza un sinnumero de posibilidades de nuevos estudios, lo cuales tienen que ver con la distribución de cada una de las especies; cómo se llegaron a generar estas tres especies a partir de un mismo grupo de animales, lo cual podría estar relacionado con el comportamiento del bosque valdiviano; qué tan viejas son; y cuál es nuestra responsabilidad en la conservación del Monito del Monte; éstas son parte de las nuevas interrogantes que evidencian estos animales.

«No fue el objetivo de nuestro estudio entender como se dio la especiación -como se dice en términos técnicos-, pero pienso que tiene que ver con la historia del bosque valdiviano; en términos históricos un bosque que era contínuo pudo haberse fragmentado por cosas de cambio climático o algo así y que eso haya dejado poblaciones aisladas de monitos. Cuando hay aislamiento, las poblaciones se diferencian y esa diferenciación puede ser importante o de grado suficiente para que se llegue a la especiación, pero son especulaciones y ahora hay un capítulo súper interesante que es entender cómo se formaron esas especies y cuándo, nosotros no sabemos que tan viejas son, si han tenido que ver las glaciaciones del Pleistoceno o no», finalizó el científico de la UACh, dejando la puerta abierta para quien se interese en el estudio de estos temas.